
Se levantó. Posó sus gráciles piernas sobre la hierba. Se había convertido en un lobo, esbelto y ágil. La chica gozaba de su nuevo estado. Sus mejorados sentidos le permitían catar una naturaleza diferente, mucho más amplia y deliciosa. De repente, sin previo aviso, la transformación se invirtió. Todo lo bueno se acaba.
quien pudiera ser lobo
ResponderEliminarSi todo lo bueno durara para siempre no apreciaríamos las cosas buenas, nos cansaríamos de ellas. Yo lo prefiero así.
ResponderEliminar:)