jueves, 14 de mayo de 2009

Ave en su tinta


Le encantaba todo del ave. Los muslos cubiertos por salsa de arándanos y su propia grasa. La pechuga bien frita expuesta en medio de su guarnición de patatas. También pequeñas porciones al ajillo para poder comer con los dedos. Pero, sin duda alguna, la parte que más le gustaba era la pluma. Y el papel, pero esa ya es otra historia.

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