miércoles, 13 de mayo de 2009

Salvaje final


Se levantó. Posó sus gráciles piernas sobre la hierba. Se había convertido en un lobo, esbelto y ágil. La chica gozaba de su nuevo estado. Sus mejorados sentidos le permitían catar una naturaleza diferente, mucho más amplia y deliciosa. De repente, sin previo aviso, la transformación se invirtió. Todo lo bueno se acaba.

2 comentarios:

  1. Si todo lo bueno durara para siempre no apreciaríamos las cosas buenas, nos cansaríamos de ellas. Yo lo prefiero así.

    :)

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