
Había magia allí, estaba seguro. No eran tan solo aquellas orejas puntiagudas, aquelllos ojos que parecían perlas arrancadas cruelmente al océano. Ni siquiera era aquella vaga etereidad que le daba un aire fantasmal.
-¡Ya lo sé! ¡Es el sombrero!
Esto no es más que eso, unos pensamientos transformados en un microrrelato. Una pequeña foto de cada día para ser contemplada, o no.
Me encanta :P
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