jueves, 21 de mayo de 2009

No lleves el amarillo


Estaba lloviendo así que entró en aquél caserón tétrico y abandonado. En la mesa de la cocina encontró un hacha, que cogió para protegerse, pues no sabía qué podría hallar allí. Una máscara de verdugo, negra y raída, le esperaba en la barandilla de las escaleras que conducían al sótano, y en cuanto bajó las escalera se encontró preso. Se puso a ejercer la profesión y papel que le habían sido en aquella obra de teatro de la vida.

2 comentarios:

  1. Me acabo de dar cuenta de que ayer estabas muy imperativo negativo: que si no trabajes, que si no lleves amarillo... Qué exigente! XD

    PD: Te envidio mucho. Yo quiero saber hacer estas cositas cortísimas todos los días.

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