Se acercó al antiguo pozo rodeado de una mirada de piedras y se asomó al borde. Miró hacia abajo y observó como las gotas caían en perfecta letanía, creando curiosas ondas en su superficie.
-¡Ey! ¿Qué haces?
Se asustó y se le cayó el corazón de las manos, que fue a parar a las oscuras profundidades.
Bonito texto, Carlitos.
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