sábado, 13 de junio de 2009
El espejo con cuernos
Miró su reflejo, no se reconocía. Era mayor, mucho mayor, como si los años lo hubieran devorado rápidamente. Casi podía sentir el cansancio que traía consigo esa edad, el dolor de huesos y las muchas enfermedades que aguardarían en los años que le quedaban por recorrer hasta ahí. No lo soportó más y se separó del espejo, buscando algún otro consuelo. Al hacerlo, el diablo salió también. Y no, no era viejo.
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